Así sucedió, tal como lo cuento, fue en la casa de campo, en la final de
triatlon infantil, control de material y una juez me obliga alinear los cuernos de nuestra
bici de montaña, medido con calibre o pie de rey, hablamos de 3 a 4 mm. no puede sobrepasar la linea imaginaria que marcan la
manetas de los frenos, tanta meticulosidad me huele a chasmusquina, me viene a la cabeza la anecdota que nos conto Chechu, cuando fue descalificado en el duatlon del Festibike, por aceptar una botella de agua que le ofreció su hijo de 5 añitos, fuera de la zona de avituallamiento, serian los mismos jueces?.
Segundo juez (por llamarlo de alguna manera, yo entendía que juez es el que administra justicia), nos cuenta los piñones y dice que no podemos participar por que llevamos un desarrollo menor de 14 dientes. Hasta aquí todo perfecto, el reglamento existe y hay que cumplirlo.
Reglamento que habríamos acatado, si una semana antes, después de escribir 3 correos al delegado técnico de la federación madrileña de triatlon, los cuales no se dignaron a responder y efectuar un par de llamadas telefonicas con la intención de no llevarnos sorpresas de ultima hora, nos dijera que no tendriamos problemas. Despues de contarles toda la película, muy amablemente me responden, que conocen nuestro caso, que saben que tuvimos problemas en Arroyomolinos, el reglamento es claro, pero que tratándose de una competición de promoción infantil y sabiendo que había habido precedentes, que no íbamos a tener problemas en participar con nuestra bicicleta, que el año que viene serian mas estrictos, pero que como había hecho todo el campeonato con esa bicicleta, le iban a permitir participar en la ultima prueba, para asegurarme de todo, les pido que me lo manden por escrito, para fotocopiarlo y llevarlo por si las flies.
Lo que nos temíamos, ocurrió y yo sin la hoja impresa a modo de justificante, le comento que consulten con el responsable, alguien tiene que saber, lo que esta pasando, este señor nos dice que si que va a consultar, pero que con esa bicicleta no podemos participar, después de un rato esperando, parece que se ha olvidado de nosotros, por lo que le busco y le vuelvo a decir que si ha consultado, me dice que no, le pido por favor, que busque al responsable, finalmente aparece otro juez y me dice que claro que puede participar, que el sabe de lo que estoy hablando y que es cierto que nos dieron la autorización, cuando parecía que todo estaba arreglado, el juez, sin uniforme de juez, rabiando por que otro juez, había rebatido su fallo, se va en busca del juez de jueces, la máxima autoridad de la prueba, el cual se presenta justo cuando parecía que íbamos a entrar en boxes. Ustedes no pueden participar, la bici no es reglamentaria, yo erre que erre, que no nos podía dejar fuera, que cualquiera sabe, que una bicicleta de montaña ya es un handicap importante comparada con una bicicleta de carretera, desmonto la bici, intento bloquear ese piñón, a lo que me contesta que tampoco esta permitido, me llama delincuente y me dice que estoy zarandeandole por que le puse la mano en el hombro en pose amable con la intención de que recapacitara y no dejaran a un chaval sin participar en una competición de promoción infantil por una regla absurda que no nos beneficiaba en nada, al final, abrumado por la responsabilidad, se fue por los cerros de Ubeda y me dijo que no podía participar por motivos de seguridad y que yo le podia denunciar si le ocurria algún accidente, allí se vivió una escena dantesca, algo esperpentico, kafkiano, rozando lo absurdo.
Habíamos perdido la batalla, una ilusión alimentada durante semanas, se nos esfumo en un momento y se convirtió en un sentimiento de frustración y rabia contenida, por un momento nos quedamos mirándonos sin decir nada, sin dar crédito, la gente que había vivido la escena, se esfumo y nos quedamos solos, en esos momentos me vino a la cabeza una frase que nos soltó el Juez Dredd en sus acalorados argumentos, "a ver si alguien os presta una bici".
Sin dudarlo salí disparado a la zona de inscripciones, allí me encontré con Fran del Álamo y empecé a mendigar una bici, "lo siento, nosotros no tenemos". Nadie se ofrecia. Me fui a buscar al speaker y le pedí que dijera por megafonía, si alguien nos podía dejar una bici por una buena causa, en esos momentos vi a otro de los jueces, que se estaba movilizando, buscando la bicicleta, a la desesperada aborde a un popular de los que competían a las 3 de la tarde y le conté mi drama, al principio intento ponerme alguna excusa, pero al verme tan apurado empezó a ablandarse, en ese mismo instante el juez bueno, apareció con otra bici, pero era demasiado pequeña, este detalle fue clave, para que Javier, nuestro salvador, accediera a dejarnos su bicicleta.
Vuelta a empezar, revisión, cuenta de piñones.- 11, 12, 13 y 14. Puedes correr!!!
Jorge no se lo creia, dejo la bici en boxes, se ajusto el gorro de baño, se fue corriendo hacia el lago y tomo la salida, se cumplió el sueño, pudo hacer su triatlon, emulando a Gomez Noya e Ivan Raña, pero esa es otra historia y debe ser contada en otro momento.
Muchas gracias a Javier, la familia que nos ofreció la otra bicicleta y al juez bueno, que comprendio que las leyes deben dejarse a un lado, cuando se trata de juzgar las ilusiones de un niño.
En la imagen el juez bueno dando la salida y Jorge lanzandose al agua en primer plano.Luego el fin de semana deportivo continuó, final de consolación en el trofeo de primavera, donde el equipo de
Basket de
Paula, el Arquitecto
Gaudi alcanzo una meritoria 3ª plaza.
El domingo carrera con los bomberos de
Alcorcon, una autentica fiesta, donde pusimos punto y aparte a nuestra temporada
atlética,
alli nos dimos cita algunos Halcones,
Fiti,
Queño, Jorge y nuestro
anfitrión Samu,
también tuve el placer de saludar a Jaime
Navarrete y otros compañeros esforzados de la ruta.
Agradecimientos a todo el parque de bomberos de
Alcorcon, por la maravillosa fiesta que nos preparan todos los años. Sois muy grandes!!!