Sí, al borde de los 50, estimula "coger la
bici para ir al trabajo".
Después de un año ahí colgada, mi vieja
bici necesitaba tanto como yo la puesta a punto. Sus cambios, piñones y cadena habían olvidado su sincronía. Mis músculos, articulaciones y tendones
estaban escleróticos. El día anterior intento ajustar los platos (entonces me pareció conseguirlo), pero después tuve que correr todo el tiempo con el plato mediano.
Me gustaría decir "Partí con el alba", pero no... eran más bien las 7:00 cuando salí el primer día (el martes, 26). Yo sabía que en una hora y media (sin correr mucho) llegaría al
cole, pero esta vez intentaría evitar el tramo de Meco a Alcalá por carretera que es peligroso. Jesús (nuestro administrativo, un gran "trotón") me habló de un camino que sigue la orilla del Henares desde la granja escuela La
Esgaravita hasta la carretera Meco-Los Santos de la Humosa.
Así que ...
"Apenas había el rubicundo
Apolo desplegado su a
mplia, dorada y centrífuga, sobre los verdes campos de la Campiña" monté la
bici a la puerta de mi casa en
Cabanillas del Campo y enfilé calle abajo hacia la zona de peaje de la A2. La dejé a mi derecha para entrar un momento en la gasolinera, comprobar que el cambio de los platos no cambiaba nada e inflar las ruedas... (el mantenimiento a última hora, como siempre...).
Seguí por el polígono industrial hasta las afueras de
Alovera donde me incorporé al camino del canal. A partir de aquí el camino de servicio de esta canalización que riega toda la vega del Henares me lleva hasta Meco dejando
Alovera y
Azuqueca a mi izquierda. Este tramo dura apenas media hora y no ofrece ninguna dificultad. No hay desniveles (el agua no salta montañas) y la pendiente necesaria para mover el curso de agua nos es favorable. El camino tiene un relativo buen estado (a veces las rodadas de tractores estropean un poco el terreno). Llegados a Meco encontramos tras la primera rotonda la carretera de Los Santos de la Humosa. Decido seguirla hasta cruzar el Henares. La carretera, a esas horas, tiene un tráfico intenso. No es cómodo ni seguro seguir por ella. Intento tomar los caminos laterales de tierra que aparecen en algunos tramos. Paso por la estación de Meco buscando un camino que me acerque a uno de los dos puentes de la N-
II. No encuentro ninguno y he de retomar la carretera. Finalmente paso la vía del tren y después la Nacional por el puente. Justo al otro lado, junto al restaurante La Hacienda sale una
carreterilla asfaltada por la que me introduzco con la esperanza de que me acerque a la ribera del
río.
Al poco de rodar por ella su firme desaparece por efecto de varias obras de
explanación. Se pierden las trazas así que sigo intuitivamente acercándome poco a poco hacia el
río. No sé como aparecí en una zona desbrozada y recuperada (El
ENCIN, creo), con varios senderos. El lugar estaba repoblado con numerosos arbolillos, senderos de grava, pequeñas lagunas con miradores para observación de aves, etc. Se trata de una interesante senda natural por la que era muy agradable transitar. La temperatura era magnífica (serían las 8:00 de la mañana), la soledad completa. En buena parte del recorrido tuve oportunidad de ver la mayor concentración de conejos y gazapos imaginable. Salían por docenas a escasos metros de mi
bici y corrían en todas direcciones. No exagero: cientos y cientos vi... (los animales, en general, no perciben tu llegada con
bici: las ruedas amortiguan su paso, es silenciosa, la velocidad los sorprende y además no se realizan movimientos
bruscos).
Me sentía un poco intruso: "¿Estaría permitido entrar en esta finca...?... Yo no vi ningún letrero prohibiéndome el paso... Procuraría salir en cuanto pudiera." Busqué algún camino en la misma orilla del río, pero estaba llena de maleza. Seguí las pistas buscando siempre la principal. Al final salí a un camino de uso público. Enseguida encontré una propiedad privada. Jesús me había dicho que podría pasar por ella sin problema así que evité un camino lateral en peor estado y me adentré en la finca. A los 50 m. estaba dando la vuelta al divisar un enorme
perrazo tumbado en medio del camino y mirándome fijamente....
El camino lateral bordea la finca y finalmente desemboca en una pista de grava blanca que flanqueada de alambradas llega hasta la zona comercial de La Dehesa. En ese tramo (serían las 8:30) me crucé con una animada procesión de practicantes de
footing, paseantes, ciclistas...
Enseguida pasé por delante de La
Esgaravita. Poco después crucé Alcalá en dirección al colegio. Llegué sobre las 8:50.
Esta ruta fue muy interesante (excepto el tramo de carretera), pero se hacía larga. El viernes, 29, decidí realizar otra vez el trayecto pero esta vez tomando el viejo camino de Meco a Alcalá. La ruta me la indicó
Juanjo que, a lo que se ve, ha recorrido la zona varias veces.
El tramo hasta Meco prácticamente igual (esta vez tomé el canal del Henares desde mi casa, la urbanización se encuentra al lado). Esperaba llegar mucho más pronto así que salí a las 8:00.
Estaba en Meco a las 8:30. Crucé el pueblo (en dirección a la carretera de
Camarma y Alcalá) hasta la gasolinera que está en las afueras. Desde allí, hay que buscar una rotonda al final del trazado de unas urbanizaciones en
preconstrucción (seguir las calles que se orientan hacia
Camarma). Un pequeño camino de tierra sale de la misma rotonda y atraviesa el páramo en dirección a Alcalá, que se divisa a lo lejos. El camino pasa por una zona solitaria. No es un camino bonito. De cuando en cuando algunas construcciones descuidadas: pequeños desguaces, almacenes desvencijados... Al poco de pasar la finca "
Gallocanta" nuestro camino se cruza con una pista más a
mplia. La tomamos hacia la derecha para llegar en poco tiempo al colegio Santo Tomás de
Aquino. A partir de aquí se sigue por una carretera con poco tráfico y firme en mal estado (para los coches, no para la
bici).
Siguiendolo llegamos a la Residencia. Y desde allí cruzamos bajo la N-
II. Aparecemos al lado de la tapia de la
Bripac. Tomamos los caminos de paseo contiguos a la N-
II y llegamos al
cole rápidamente y sin tráfico alguno.
En total 1 h. aproximadamente (en coche tardo 30'). Este trayecto es, además de corto, más cómodo que los anteriores y exento de peligro.
En fin. Invito a todos aquellos que quieran intentarlo a venir algún día al
cole en
bici... o a hacer una "ruta del colesterol" como esta.
Merece la pena.