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Hace solo unas semanas, escribía una entrada sobre los valores del deporte y del alpinismo en particular. La polémica surgida entre Edurne y Juanito Oyarzabal, empañaba la esencia de lo que debe ser siempre este noble deporte, naturaleza, riesgo, compañerismo, solidaridad, amistad y un largo etcétera de atributos que ensalzan al ser humano. Recientemente, se han cumplido 3 años desde que Iñaki Ochoa se quedo para siempre en el Annapurna.
Como el gran publico, no soy un gran entendido de este deporte, pero siempre me entristece especialmente oir que algún alpinista pierde la vida en la montaña, desgraciadamente, solo entonces sale del anonimato y asociamos su nombre al deportista.
Después de verlo muchas veces, todavía me cuesta contener las lágrimas, cuando oigo los relatos de sus compañeros, familiares y amigos, en el reportaje que realizo informe Robinson, para contarnos en detalle lo sucedido.
No recuerdo ningún reportaje relacionado con el deporte, que me haya emocionado tanto.
Realmente, los padres lo que queremos es que los hijos sean felices, no que sean abogados. El riesgo esta en el Himalaya, por supuesto, pero el riesgo esta en vivir. (Madre de Iñaki)
Me imagino que la mayoría lo habéis visto, pero los que no hayáis tenido la ocasión, no perdáis esta oportunidad de recibir una lección de amor, amistad, compañerismo, solidaridad... La montaña a pesar de ser la protagonista, queda de fondo, como el decorado de una triste, pero bonita historia.
El mayor riesgo de la vida es no ser feliz. (Hermano de Iñaki)
Dejo otro enlace para que conozcáis mejor a este gran deportista y no me cabe duda que mejor persona, su gran sonrisa le delataba.
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