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09 febrero, 2007

Caminos de Santiago

Ya dije que lo mío es la bici. También lo es el senderismo.
Unas de mis mejores experiencias han sido los distintos Caminos de Santiago que, gracias en parte a nuestros dos meses de vacaciones, he tenido el lujo de poder realizar. De 2 de ellos escribí un diario que podéis leer desde este enlace:
Diarios del Camino de Santiago


Tengo en el cajón (casi terminado) un tercer diario (éste último, más bien fotográfico) de la Ruta de la Plata. Una observación: "El camino del Desastre" es de mi hermano Miguel Angel, que se rajó (fue bastante duro aquello...).

Os animo a que emprendáis esta aventura. Es extraordinaria.

3 comentarios:

Manuel Díaz dijo...

Espléndida colaboración.
He leído las experiencias que tuviste en el camino de Santiago.Conozco alguno de los lugares que mencionas. El año que estuve en Galicia me acerqué a Santiago en varias ocasiones. En tus memorias mencionas un restaurante "Casa Manolo" de Santiago. Yo también comí allí en alguna ocasión y tengo la dirección: Rúa Traviesa 27.
No sé si seguirá existiendo, ya pasó mucho tiempo.Aunque todavía no he podido realizar el camino, con esta intervención me dan ganas de coger la mochila y salir pitando.

Jesús Marcial Grande dijo...

Viví dos años en Galicia (en Tuy, Pontevedra) a la confusa y fascinante edad de 15 y 16 años. Guardo muy buenos recuerdos de la tierra y de sus gentes. El Camino de Santiago allí se hace amable, aunque masificado.
También hago mis recorridos por Palencia. Próximamente presentaré en este blog mi experiencia personal recorriendo el Canal de Castilla en bici.

¡Queremos ser famosos! (Ja) ;-)

dasuasa dijo...

Yo también hice el camino de Santiago en bici, pero desde León.
Fue una experiencia inolvidable,y aunque fueron poquitos días(7), consegui aprender algo de la esencia del Camino.

Para el recuerdo mil anecdotas, como cuando se me rompieron los cambios y me los arregló un mecánico del Kelme que iba con la Vuelta por León, la subida a O Cebreiro, las comilonas, la noche en el monasterio de Samos o la incomparable vista de Santiago desde el Monte do Gozo.

Me he prometido a mi mismo repetirlo, pero esta vez entero, desde Roncesvalles.