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10 octubre, 2011

SERTRI, TENIAMOS QUE HACERLO

Quizás no era el mejor momento, ni estábamos en las mejores condiciones, pero no podíamos dejar pasar esta ocasión. Se presentaba el SERTRI en Madrid, una iniciativa para acercar el Triatlon a aquellos que quieren probar en este deporte. Después de muchas carreras populares, en todas sus versiones y distancias, algún que otro duatlon cross, se nos presentaba la oportunidad de debutar en un triatlon y conocer el medio acuático a nivel de competición. Nos dimos cita los chavales que ya tienen cierta experiencia después de dos años federados y por otro lado Queño y yo, que somos mas bien de secano.

Llegamos con el tiempo suficiente para prepararlo todo minuciosamente, yo dude hasta ultima hora si utilizar el neopreno que me había prestado Jorge, pero después de acercame al lago y meter el brazo en el agua, se me despejaron pronto las dudas, los comentarios eran que estaba a 18º y uno ya tiene una edad para coger frío en los riñones. Ya embutidos en el buzo, vimos la salida de los federados, donde estaba Javi, Pablo y Jorge, contra todo pronostico Javi salio el primero del agua seguido muy de cerca por Pablo y un poco mas rezagado paso Jorge, entre los 30 primeros. Nosotros salíamos a las 13:20 h. con gorro amarillo, Raul del RTEAM se coloco al lado de nosotros, algo de nervios, respiración entrecortada y moc!!! sonó el bocinazo, yo me tire de cabeza pero con mucha precaución de no caer encima de nadie, el primer contacto con el agua fue difícil de describir, por un lado el agua estaba fría y circulaba de forma extraña entre mi piel y el traje de neopreno, como si me estuviera inflando, por otro lado, la escena me recordaba a las carpas, cuando se amontonan para devorar un mendrugo de pan, la imagen debajo del agua era terrorífica, todo verde turbio, acompañado de un violento chapoteo, como el documental de los cocodrilos del National Geoghrafic, que miedo, me caían palos por todos los lados y me parecía no estar nadando, no me atreví a meter la cabeza hasta pasada la primera boya, la sensación era muy agobiante, era como si hubiéramos naufragado y solo nos salvaríamos los primeros en llegar al pantanal. Al terminar la primera vuelta sentí un cierto alivio, pero seguía en un sueño, parecía que estaba yo solo en la casa de campo, salí un poco desorientado, después de tres pasos, me volví a tirar al agua para completar la segunda vuelta, cataplas, menudo barrigazo, ahora se nadaba mucho mas holgado, como si la mitad se hubieran ahogado, no conseguí en ningún momento llevar un ritmo cómodo, se me olvidaba mover las piernas y sacaba la cabeza cada dos brazadas sin perder de vista las boyas, por miedo a acabar a la deriva en el geyser. En el ultimo tramo ya me faltaban las fuerzas y mas que dar brazadas, abofeteaba el agua, parecía no llegar nunca a tierra firme. Por fin la moqueta azul. Salí del agua sin creermelo, estaba vivo, eso si muy agitado, con la respiración entrecortada y medio mareado, no acertaba a coger el cordón para bajarme la cremallera, el publico se apelotonaba a ambos lados de la alfombra y pensé pararme para que alguien me liberara de aquella camisa de fuerza. Al final atine y pude desprenderme de la parte de arriba, pero sin poder sacar las mangas, menudo espectáculo, si me hubiera grabado alguien, era de videos de primera, llegue a boxes y me senté en el suelo. Me dije, tranki tronko, después de un minuto forcejeando con aquella lapa, conseguí arrancarlo de mi cuerpo, me puse el mono porque decidí no llevarlo debajo para ir seco en el tramo de bicicleta, me coloque todos los bártulos, calcetines, casco, zapatillas, gafas, dorsal... calculo que 5 minutos de transición, de hecho Queño llego un minuto después y cogió la burra un minuto antes. Salí al circuito de bici, todavía muy perdido, empecé muy flojo con plato pequeño a ver que tal, después del primer km, comprendí que el circuito era para plato grande y practicamente a piñón fijo, muy llano y asequible, con el escollo de que era a doble sentido y en los adelantamientos había que tener cuidado sobre todo en un estrechamiento donde había un pilón de granito. Los dos giros de 180º también tenían riesgo uno porque era muy cerrado y si te abrías para trazarlo bien, había algún listo que se te metía por dentro con riesgo de caída y el de la rotonda grande que a la salida de la curva tenia un tramo con arena bastante peligroso, de hecho Jorge se cayó en ese punto. Me centre en llevar una buena cadencia para no cargar mucho las piernas, practicamente rodé solo sin poder coger ningún grupo, adelantaba facilmente a los que llevaban MTB, pero me era imposible coger el rebufo de los que iban con flacas. Al entrar en boxes caída tonta a lo Benny Hill, se me quedo enganchado el pie en el rastral y zas, al suelo. La transición a pie fue mucho mas rápida, decidí montar rastrales clásicos y no tuve que cambiarme de zapatillas, por lo tanto colgué la bici, me quite el casco y a correr, llevaba las piernas muy cargadas y seguía como desorientado, me costo coger el ritmo, pero pude adelantar a unos cuantos corredores, se agradecieron los ánimos de los chicos, Paloma y Miguel, que estaban a la sombrita de un platano. Cruce la meta bastante entero, con la sensación de haber dosificado muy bien las fuerzas y aprovechando mis excasos recursos al 100%. Me quede en linea de meta esperando a Queño, reponiendo fuerzas con los refrigerios que daba la organización, despues de dos botellas de agua, cruzó la meta.

Objetivo cumplido, nos quedaba en nuestro debe una experiencia así, habiamos completado un triatlon "casi sprint", sin preparación ninguna y con bastantes achaques fisicos. Lo de Queño tuvo mas merito por que lo hizo con bici de montaña y el paso de rueda se nota bastante. Destacar en lo deportivo el carreron que hicieron los primos Martin, Javi y Pablo, los dos en el cuadro de honor de la clasificación. Espectacular la progresión que ha tenido Pablo en los ultimos meses, a este paso sera el referente, el hombre a batir.

Ahora que se lo que es un triatlon, no me quedan ganas de volver a por otra, es una disciplina muy dura, que requiere mucho trabajo de preparación, creo que volveremos al medio terrestre. Despues de probarlo casi todo, lo que mas me llena son las carreras por montaña y como correr cada vez puedo menos, creo que poco a poco va llegando la hora de llenar el zurrón y caminar prestando mas atención al paisaje, sin prisas por cruzar la meta.

Me pasan una página de información para conseguir trajes de neopreno económicos.

Si alguien estuviese interesado puede pinchar en el siguiente enlace.

7 comentarios:

Raúl dijo...

Esos nadadores de modaaaaaaa!!!La salida fue bestial pero lo peor fue en bici ir pasando a unos y otros casi sin sitio. Anaeróbico total y a muerte. Ya tengo ganas de hacer otro. Tu no te escaquees que el año que viene repites.Lo hicisteis muy bien

Pietro Menea dijo...

Gracias Raulito, tu que me ves con buenos ojos.
Ahora mismo no me veo repitiendo, ya he saciado mi curiosidad, el tema de la natación, me parece muy agobiante y marca el ritmo de la competición, es una pena que las clasificaciones no tengan parciales, me gustaria saber como quede en natación, creo que dosifique bien las fuerzas y si hubiera estado un poco mas en forma, le habria arrancado 5 minutos al crono.
Pero bueno, lo importante era acabar y lo conseguimos.

Manuel Díaz dijo...

Pietro, otro reto superado. No todo el mundo puede decir lo mismo. Superaste la maratón y ahora con tus pinitos en triatlon. Enhorabuena¡¡¡

Pietro Menea dijo...

Manuel,

Esa era la idea, vivir otra experiencia y no quedarme con las ganas, sabes que llevaba muchos años intentando hacer una prueba de este tipo, me llega un poco tarde, pero puedo decir que tambien hice un triatlon "casi sprint"
Pronto me dedicare al Senderismo, lo veo muy cerca, a lo mejor a esto si podeis acompañarme, ya tengo casi convencida a Milagros.
El pollo esta en la cazuela.

Manuel Díaz dijo...

Pietro nunca es tarde si la dicha es buena. Intentaremos reciclarnos para el senderismo, yo ya hice mis pinitos en la Calcenada el pasado año, pero en esta edición no podía meterme en esos berenjenales. En Aragón había clubs de "andarines", gentes de todas las edades que en plan familiar se dedica a realizar rutas por las montañas. Quizás sea una buena opción para mover las piernas y el corazón.

Pietro Menea dijo...

Para lo que yo propongo, no se necesita club de ningún tipo, uno se levanta un dia y dice: los arboles deben estar preciosos en octubre y sin mas te vas a un bosque y comienzas a caminar, cuando te canses, te das la vuelta y te comes un plato de lentejas en el pueblo mas cercano, te compras unos dulces en la tahona del lugar y de vuelta a casa.
Sin mas.

Manuel Díaz dijo...

Mar, Ya he puesto el enlace a tu página.
Saludos